Trump va contra el cine mundial: Nuevo arancel del 100% sacude a Hollywood y a la industria global

El mandatario busca que las películas estadounidenses vuelvan a ser producidas en el país.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una de sus decisiones comerciales más controvertidas hasta ahora: impondrá un arancel del 100 % a todas las películas producidas fuera del país. La medida, que busca proteger a la industria cinematográfica estadounidense, ha desatado una ola de reacciones tanto dentro como fuera del país.

Trump sostiene que otras naciones han “robado” el negocio cinematográfico de Estados Unidos mediante subsidios e incentivos fiscales que atraen rodajes y producción audiovisual al extranjero. Expertos advierten que esta política podría desencadenar conflictos legales, diplomáticos y culturales sin precedentes, además de afectar profundamente el mercado global del entretenimiento.

El anuncio se produjo el 29 de septiembre, cuando el mandatario aprovechó la ocasión para arremeter contra Gavin Newsom, gobernador de California, estado que alberga a Hollywood, el corazón del cine estadounidense.

“Nuestro negocio cinematográfico ha sido robado de Estados Unidos por otros países, como si le robaran un dulce a un bebé. California, con su gobernador débil e incompetente, ¡se ha visto especialmente afectada! Por lo tanto, para resolver este problema de larga data e incesante, impondré un arancel del 100 % a todas las películas que se produzcan fuera de Estados Unidos (…) ¡Hagamos que América vuelva a ser grande!”, señala la publicación de Trump.

La nueva decisión de Donald Trump se suma a una serie de medidas arancelarias que ha impulsado en las últimas semanas: un impuesto del 100 % a los productos farmacéuticos importados, un 25 % a los camiones pesados y tarifas que van del 30 % al 50 % para muebles y otros bienes manufacturados. Ahora, el turno es de uno de los sectores más emblemáticos del poder cultural de Estados Unidos: el cine y el entretenimiento.

De acuerdo con Reuters (2025), la Casa Blanca sostiene que con esta política busca “nivelar el terreno de juego” frente a países como Canadá, Reino Unido o Corea del Sur, que ofrecen generosos incentivos a las productoras estadounidenses para que filmen en sus territorios. En otras palabras, el objetivo es evitar que la industria nacional siga perdiendo terreno frente a competidores extranjeros que se benefician del apoyo estatal.

Sin embargo, la propuesta no está exenta de complicaciones. Especialistas en comercio internacional advierten que aplicar un arancel a productos culturales podría ser mucho más complejo de lo que parece. A diferencia de un bien físico, una película involucra derechos de autor, licencias digitales y acuerdos que cruzan múltiples fronteras.

“La gran pregunta es cómo se definirá una ‘película extranjera’ en un contexto de coproducciones globales”, señala la analista Laura Mendoza en declaraciones a AP (2025). “Una producción de Netflix, por ejemplo, puede tener guionistas estadounidenses, rodarse en México y financiarse con capital europeo. ¿Aun así se le aplicará el arancel?”.

Paramount Pictures Estudios. (Photo by Mark Davis/Getty Images)

Además, varias organizaciones de la industria cinematográfica advierten que la iniciativa podría entrar en conflicto con tratados internacionales sobre comercio cultural e incluso violar las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Por ahora, la Casa Blanca no ha detallado cómo se implementará la medida ni cuándo entrará oficialmente en vigor, lo que mantiene en vilo a todo el sector audiovisual.

La industria cinematográfica ha reaccionado con cautela ante el anuncio de Donald Trump. Grandes estudios como Warner Bros., Paramount y Netflix han evitado pronunciarse públicamente, aunque fuentes cercanas citadas por Vanity Fair (2025) reconocen que existe una “gran preocupación” por las posibles consecuencias comerciales y creativas que este arancel podría traer consigo. La noticia también tuvo un impacto inmediato en los mercados: las acciones de las principales empresas de entretenimiento registraron caídas tras conocerse la medida, reflejando el nerviosismo de los inversores.

Analistas internacionales advierten que otros países podrían responder con medidas similares, imponiendo sus propias tarifas a las producciones estadounidenses o limitando su distribución. “La política de Trump puede terminar aislando al cine estadounidense justo cuando más depende de las audiencias globales”, señaló un editorial del diario Cinco Días, que describió la iniciativa como “una auténtica película de terror” para Hollywood.

Mientras tanto, los estudios, distribuidoras y plataformas de streaming intentan anticiparse al nuevo escenario y analizan distintas estrategias para enfrentar el posible impacto económico. Algunas empresas podrían trasladar el costo adicional a los consumidores mediante aumentos en el precio de las entradas o suscripciones, mientras que otras evalúan reducir sus inversiones en producciones internacionales o renegociar acuerdos de coproducción para mitigar el golpe.

Lo único claro es que el anuncio marca un nuevo capítulo en la guerra comercial global, con el cine convertido en un inesperado campo de batalla. En medio de la incertidumbre, la industria audiovisual se prepara para un futuro desconocido, uno en el que el séptimo arte podría convertirse en protagonista directo de la política arancelaria mundial.

Escrito por: Joaquín Garín

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