La inteligencia artificial llega al cine y abre un gran debate en la industria

Desde actores digitales hasta guiones reescritos, la industria se reinventa entre oportunidades narrativas y tensiones éticas que desafían el rol humano en la creación artística.

La inteligencia artificial (IA) ya no es solo una herramienta para mejorar efectos visuales; se está convirtiendo en una presencia real dentro de la industria cinematográfica. Hoy se usa para crear actores digitales, reescribir guiones, mejorar escenas y hasta revivir clásicos del cine. Esta tecnología emociona a algunos, pero también genera preocupación entre quienes viven del arte de contar historias.

Uno de los casos más comentados es el de “Tilly Norwood”, una actriz creada completamente con IA. La organización SAG-AFTRA denunció que para construir el personaje se habrían utilizado imágenes y voces de actores reales sin su permiso ni pago. “La creatividad debe mantenerse centrada en lo humano”, afirmó el sindicato, que advierte que esta tecnología no debe reemplazar a quienes ponen su talento y esfuerzo en cada película.

Tilly Norwood la primera actriz hecha con Inteligencia Artificial

El debate no se limita a Estados Unidos. En India, representantes de Hollywood y Bollywood han pedido leyes que protejan los derechos de autor frente al uso de obras audiovisuales para entrenar modelos de inteligencia artificial. Temen que películas y series se utilicen sin compensar a los creadores, lo que consideran una forma de explotación de su trabajo.

Incluso los premios Oscar han tenido que adaptarse. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas anunció que las películas realizadas con ayuda de IA podrán competir, siempre que la autoría humana siga siendo la principal. Esto refleja cómo la inteligencia artificial se está integrando en todas las etapas del cine: desde la escritura del guion hasta la posproducción y los efectos visuales.

La tecnología también permite experiencias cinematográficas completamente nuevas. En Las Vegas, por ejemplo, se presentó una versión inmersiva de El Mago de Oz, restaurada con IA, que combinaba proyecciones envolventes y efectos sensoriales para que el público se sintiera dentro de la historia. Esta innovación demuestra cómo la IA puede dar nueva vida a los clásicos, acercando el cine a formas de experimentación que antes eran imposibles.

Cineastas reconocidos también están explorando estas posibilidades. George Miller, director de Mad Max, participó como jurado en un festival dedicado al cine hecho con inteligencia artificial. “La IA está aquí para quedarse. El desafío no es evitarla, sino aprender a usarla con inteligencia y responsabilidad”, dijo, reconociendo que esta tecnología puede abrir nuevas oportunidades creativas, aunque también plantea riesgos.

Más allá de lo legal y lo laboral, también está la cuestión artística. La IA puede imitar emociones y gestos, pero no puede vivir ni sentir como un ser humano. Muchos críticos sostienen que la verdadera creatividad seguirá siendo un territorio humano, y que la tecnología debería ser un complemento, no un reemplazo.

La inteligencia artificial está transformando el cine a pasos agigantados. Cambia la manera de producir, de contar historias y de experimentar las películas. Algunos lo ven como una oportunidad única para explorar nuevas ideas y formatos; otros lo ven como una amenaza a la autenticidad y al trabajo creativo. Lo que está claro es que el cine nunca volverá a ser igual, y que la convivencia entre la tecnología y el talento humano será la clave para el futuro de la industria.

Escrito por: Joaquín Garín

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